miércoles, 29 de octubre de 2014

Sierva María de Todos los Ángeles. Del amor y otros demonios. Gabriel García Márquez.





Personaje: Sierva María de Todos los Ángeles
Novela: Del amor y otros demonios
Autor: Gabriel García Márquez
Editorial y año: Diana, México, 1994

Introducción
1949. Tras la venta del antiguo Convento de Santa Clara, comienzan a exhumar los restos de los difuntos que yacían en las criptas bajo cristiana sepultura desde tiempos antiguos. Un periodista que acudió al lugar en busca de una noticia, encuentra una historia para publicar, al sentirse atraído por una lápida que se rompe en mil pedazos de la cual brota un cabello color cobre radiante de 22cm y 11mm de largo prendido al esqueleto de una niña de doce años.

Características físicas:
Se parecía más al padre que a la madre. Con el cuerpo escuálido, la piel lívida, los ojos de un azul taciturno, la cabellera extremadamente larga de color cobre radiante, con gracia para andar, bailar y cantar la música de los esclavos.

Características de la personalidad:
De igual modo que en el aspecto físico, más parecida al padre que a la madre poseía una timidez irredimible. Y había adquirido otros rasgos que aprendió de los esclavos: era mentirosa y se desplazaba de forma tan sigilosa que parecía invisible y a veces no la sentían cuando entraba en un lugar.

Análisis:
Sierva María de Todos los Ángeles es un personaje de mucha ficción e intensas emociones. Todo la marca desde su nacimiento. Hija del segundo marqués de Casalduero, nace en una cuna prominente un siete de diciembre a los siete meses con el cordón enredado en el cuello y lo que la hizo sobrevivir fue el amor y la dedicación de los desposeídos. La madre sólo la amamantó una vez y desde entonces la odió, su rechazo se lo hacía evidente en bastantes ocasiones, incluso le temía. Siendo adolescente Sierva María, su madre le soltó estas palabras:

“Eres igual a tu padre”. “Un engendro” Página 35.

La criada de la casa, Dominga de Adviento, hizo la promesa que si la niña sobrevivía tras el nacimiento, ésta no se cortaría el cabello hasta el matrimonio. Dominga –una negra de ley, como la describe García Márquez–, fue la salvadora de la pequeña marquesita, bautizó a la niña en Cristo y la consagró a Olokun, una deidad yoruba de rostro temible y sexo incierto. Sierva María creció en el patio de los esclavos, aprendió sus costumbres y tres lenguas de las utilizadas por éstos.

La novela narra que para su cumpleaños número doce –del que sus padres ni se acordaban–, Sierva María acude al mercado con la esclava Caridad del Cobre y allí es mordida por un perro gris con un lucero en la frente. La pequeña herida resultó en el pie, fue curada por la misma esclava y cicatrizó rápido. Posterior a este evento algunos de las personas mordidas por el mismo perro contrajeron la rabia.

Sierva María creció en total abandono por parte de sus padres. No era amada por ninguno de los dos, por las cualidades que reconocían en ella heredadas de cada uno. Sierva no aprendió a escribir y a leer a la edad correspondiente. Cuando muere Dominga de Adviento que era su protectora, Sierva María quedó sumida en un total desamparo. Nunca confió en sus padres, no aprendió a comunicarse de forma asertiva para su edad y esto empeoró su situación, debido a que no sabía explicarse, no se detenía a escuchar y reaccionaba de manera impulsiva incluso con agresividad. Debido a sus escasos 12 años no entendió la gravedad de sus circunstancias hasta que era demasiado tarde y su hábito de mentir la hundió más todavía.

Entró en el Convento de Santa Clara a los 93 días de la mordida sin rastros de rabia de la mano de su propio padre. Cuando la encerraron en el convento a solicitud del obispo, dieron por hecho que estaba poseída tras el suceso de la mordida del perro rabioso, sin que alguien de autoridad eclesiástica lo hubiese evidenciado de primera mano. Fue el resultado del rumor esparcido del boca a boca lo que la llevó a su encierro. Allí se sucede una cadena de eventos que se asientan en las actas como evidencia de su posesión demoníaca derivada de confusiones, sugestiones y temores de otras personas que hacen más intrincado el conflicto.

Su exorcista, Cayetano Delaura quien era la primera vez que realizaba esta labor, pierde el rumbo de aquella misión impuesta cuando duda de la veracidad de la posesión. De su relación ‘amorosa’ con Cayetano prefiero no profundizar porque para mí lo más significativo era que él le triplicaba la edad, ella 12 y el 36 años, y aunque la relación entre ambos es descrita como una poesía me cuesta ver el amor. Más bien veo a dos personas frágiles, necesitadas de afecto, sumidos en una situación desesperante.

Conclusión:
Al final, se comprende la reacción de Sierva María en cada uno de sus terribles elecciones. Era tan fácil que su mismo hábito de mentir le hubiese servido para comportarse de una manera distinta y así alejar a todos los verdugos de su vida, pero esta supuesta solución habría excluido los hechos que dan lugar a tan extraordinaria novela. ‘Del amor y otros demonios’, es una historia donde nadie toma decisiones asertivas en el momento oportuno. Tanto Bernarda y el marqués de Casalduero (los padres de Sierva María) dejan pasar la oportunidad de ser felices por delante y se enfrascan en un matrimonio que fue la ruina de los dos. La consecuencia más desastrosa de esta unión fue la hija indeseada y abandonada primero dentro de las paredes de su propia casa y después en una situación desesperada y absurda, donde la ignorancia, los prejuicios, los temores y los intereses particulares de algunos, son los verdaderos demonios que terminan por poseer a Sierva María. El medio que Sierva María encontró para defenderse primero del rechazo de sus padres y segundo de las inclemencias de un exorcismo inmerecido fue la rebeldía, elección que le costó demasiado cara.


P. D.: Los demonios y el amor de la historia de Gabriel García Márquez

Los demonios: Los demonios de unos y otros pueden observarse en la novela: el odio y abandono de la madre, la indecisión y egoísmo del padre, la traición del sacerdote Cayetano a sus hábitos y su devoción por una adolescente de escasos 12 años, el sufrimiento físico y emocional al que se enfrenta Sierva María.

El amor: El amor aún no lo descubro entre sus personajes, aunque sí en la prosa magnífica con que está redactada esta novela, que te conduce de la mano con una velocidad impresionante de principio a fin.


Extras
Historia familiar:
¿Quién era la madre de Sierva María? Bernarda Cabrera, hija de un empleado del marqués de Casalduero. A los 23 años, en contubernio con su padre, engaña al inocente marqués, le roba la virginidad y se embaraza de su hija Sierva María. Bajo esta situación Bernarda consigue casarse con el marqués, un hombre mucho mayor que ella al que odió desde el primer momento al igual que a la hija de ambos. Siempre le fue infiel al esposo y tenía debilidad por los esclavos jóvenes.

¿Y el padre? Don Ygnacio de Alfaro y Dueñas, segundo marqués de Casalduero y señor de Darién. Aprendió a leer hasta la juventud. Su vida transcurre a través de tres mujeres y con ninguna alcanza la felicidad. La primera fue Dulce Olivia, una mujer que permanecía encerrada en el Convento de Santa Clara por haber aprendido por necesidad a obtener ingresos a través de la labor familiar lo que era considerado actividades de hombres. El padre del marqués nunca aceptó la unión con esta mujer y lo mandó lejos. Al regresar de su destierro es casado con Doña Olalla, con la que nunca consumó el matrimonio pero lograron cierta amistad, ella muere calcinada por un rayo. Quedando viudo y teniendo la oportunidad de casarse con el amor de su vida fue embaucado por Bernarda Cabrera, quien le roba la virginidad y se casa con ella debido a que queda embarazada. No fue feliz con ninguna. Hacia los doce años de su hija, comienza a nacerle el amor de padre, al descubrir que su hija fue mordida por un perro con rabia, pero ni así su amor fue lo suficiente.

¿Quién era el sacerdote Cayetano Delaura? Un sacerdote del que se rumoraba era hijo del mismo obispo. Un hombre culto en extremo, bibliotecario de oficio, descendiente de Garcilaso de la Vega. Alguien con nostalgia de su tierra y su gente, con prejuicios que se anteponen a su raciocinio, con una sensibilidad extrema.


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